miércoles, 22 de noviembre de 2017

Capitulo 4: "Soñé contigo..."


Narra Natalia
Salí del baño, Malú me esperaba sentada en la cama con las piernas cruzadas. Noté como su mirada me repasaba de arriba abajo. Mis rodillas temblaron. Aclaré mi garganta llamando la atención de mi jefa.

-¿No tenías hambre?-Pregunté.

Narra Malú
¿Pero a ver que estoy haciendo? ¡Malú reacciona!

-Sí, si –Dije apartando mi vista de su cuerpo, y buscando con mis ojos el bolso.

Fuimos a un restaurante que quedaba a una manzana del hotel, fuimos en mi auto, porque no dejaba de llover. Comimos algo y bebimos vino;  y hablamos más del trabajo, al día siguiente teníamos una reunión importante y necesitaba que Natalia no tenga dudas de nada. Al regresar al hotel, en el coche, estábamos más distendidas y yo reía de algunas cosas que me contaba, creo que el vino me hizo efecto.

Narra Natalia
Malú se reía de las cosas que decía y su risa es contagiosa, siempre lo fue. Ingresamos a la habitación, se sacó sus tacones y yo revise mi móvil, no tenía mensajes, decido apagarlo. Veo que Malú tenía una bolsa.

-¿Quieres un poco más? –Suelta de manera graciosa.
-Venga, si, lo necesito. –Respondí acortando distancia.

Saca de la bolsa una botella de vino, bebimos unas copas y al fin nuestras conversaciones no eran laborales.
Sentadas en el suelo, parecíamos dos niñas recordando el pasado.

-¿Recuerdas la primera vez que vinimos a Sevilla? –Dijo sosteniendo mi mirada.
-Sí, lo recuerdo… En tres días me hiciste conocer muchos sitios –Solté entre risas y ella se contagia.

Narra Malú
En determinado momento, recordamos muchísimas cosas, pero lo que siguió a continuación me gustó mucho más.

-Quien lo diría que estaría una noche lluviosa como hoy en Sevilla contigo, y soltera… Vamos –Dijo riendo-
-¿Soltera? –Pregunté con mis ojos como platos.
-Sí, con Andrea nos tomamos un tiempo… -Dijo bebiendo un trago- La verdad, ya nada es igual para mi… ¿Y tú? Hay rumores de que tienes pareja…

Solo río ante eso, si supieran todos que mi única función en la vida es ser una adicta al trabajo… Lo cierto es que desde Natalia no volví a enamorarme.

-Que va… Son solo rumores. Mi vida es mi trabajo, nada más. –Dije mirando el techo.

De pronto noto como Natalia se acerca lentamente a mí, y no me sentía nerviosa, era como si lo desease, como si hubiese estado esperando a que lo haga.

-¿Tu una mujer solitaria? Lo dudo mucho –Dijo de cerca, sonriendo.
-Perdón el hecho de que tú no puedas estar sola no significa que yo sea igual…
-¿Quien dijo que no puedo estar sola?
-Vamos… En Italia eres una persona importante, las tías y los tíos te deben perseguir –Y soltó una carcajada.

Narra Natalia
Malú cree que soy una estrella, vamos que soy alguien normal, que si me han hecho reconocimientos pero tampoco soy Dolce & gabbana. Seguimos hablando entre risas.

-Oye no soy Madonna mujer, soy alguien normal en Italia, pero nada más. En cambio tú… -Solté y me pegó en el brazo.
-Yo ¿qué? –Dijo sonriendo y dispuesta a pelear cual infantil.
-A ti sí que te deben seguir y varias personas…
-Bueno, bueno, vamos a dormir que el vino a ti te hace delirar –Dijo intentando incorporarse.
-Que cobarde eres –Dije bebiendo.
-¿Cobarde yo? –Soltó volviendo a sentarse a mi lado.
-Si porque huyes y no reconoces lo que sé qué haces… Una mujer importante como tú que por apariencias haces correr rumores de estar con el encargado de marketing, sin embargo vas a cenar con tu mejor amiga a los mejores restaurantes y le compras vestidos caros… -Dije mirándola fijamente y se sorprendió.
-Soy una mujer libre que hace lo que quiere con quiere y no le debe explicaciones a nadie… Y honestamente no imaginé que me anduvieses siguiendo –La interrumpí de un beso. Fue un impulso torpe, lo sé. Pero lo quería, intento alejarme pero coge mi cara correspondiéndome. De pronto empiezo a perder el conocimiento.

Narra Malú
Me besó inesperadamente y me encanto que lo hiciera. Cogí su cara con mis manos y correspondí su beso. Echaba de menos sus besos, debo reconocerlo. Luego de ahí empecé a adormecerme.

No sé si estoy soñando o que pero no quiero detener mis impulsos, la tengo a Natalia en mis sueños y no quiero dejarla escapar.
Me separo unos segundos y nos miramos, nos incorporamos y me abalanzo a sus labios una vez más y la afirmó contra la pared. Sentía como sus manos se paseaban por mi cintura, por debajo de mi blusa.
Me separo rápidamente y me la quita. Tironeo de la suya hasta llegar a la cama y se la quitó. Ataca mi cuello, y me va quitando lentamente el pantalón.

Narra Natalia
Pareciera un sueño, tengo a Malú encendida. Echaba mucho de menos sus besos, sus caricias, su perfume… Bastaron minutos para que estemos desnudas en la cama ardiendo de placer. Cogió mis manos por encima de mi cabeza y sus besos se intensificaban, y se mezclaban entre mordiscos en mi cuello descendiendo por mi cuerpo hasta dispersarse por mis pechos, bajando lento por mi abdomen. Echaba de menos su forma de hacerme suya…

Narra Malú
Recordaba a la perfección todas sus zonas erógenas, y mis caricias y besos las disfrutaban. Adoro ver el brillo de sus ojos cuando la hago mía, es como si el tiempo no hubiera pasado.
Pego mi cuerpo al de ella y busco sus labios sedientos de ganas. Sus manos navegan por toda mi anatomía, sabe cuáles son mis puntos débiles y los está avivando a todos, y así me lleva a tocar el cielo con las manos, una y otra vez.
  • ·        Al día siguiente…


Narra Natalia
Despierto porque suena una alarma del móvil, abro apenas los ojos y veo a Malú abraza a mi cuerpo, y me recuerda a los viejos tiempos.
Con sus ojos cerrados pasa su brazo por encima de mi cara, prácticamente, y coge con su mano el móvil, para apagar la alarma.

-¿Qué hora es? –Pregunté mientras me restregaba los ojos.

Ella abre sus ojos como platos al mirar bien el móvil, y al darse cuenta que estaba abrazándome prácticamente.

-Joder, que se nos hace tarde para la reunión. –Soltó de un brinco.

No sé qué sucedió anoche, solo recordé que estábamos bebiendo vino y hablando de nuestras cosas, y la besé. Luego de ahí no recuerdo más nada, amanecimos prácticamente vestidas como estábamos anoche.

Narra Malú
Entro al baño a cambiarme. Me miro al espejo, y me mojo la cara. Qué vergüenza dormí abrazándola. Y peor aún porque estoy recordando con detalles el sueño húmedo que acabo de tener.
Quise guardar una cierta distancia con Natalia después de todo lo que soñé.
Nos dirigimos a la reunión y entre en el despacho. Ordené mis papeles y me senté en una de las sillas que andaban alrededor de la mesa redonda.

-¿Tienes listos los informes? –Dijo Natalia entrando a la sala de reuniones.
-Si… Aquí están… -Señalé la carpeta negra sin mirarle la cara.
-¿Y… Tardaran mucho en llegar?
-No creo.

Cuando pasaron un par de minutos, Natalia se sentó frente a mí. Abrió sin permiso las carpetas que estaban a mi derecha y comenzó a echarle un ojo.
Aproveche que ella estaba repasando los papeles para mirarla. Su pelo caía perfectamente sobre sus hombros. Diviso sus piernas cruzadas, a través de la mesa que era de vidrio. Muerdo el extremo de mi bolígrafo al tener en mi mente las escenas de mi sueño entre las dos. Recuerdo a la perfección que anoche nos besamos y luego al parecer quedamos dormidas. Es extraño que no me haya dicho nada de ello, ¿acaso no lo recordara por las copas?

De pronto ingresan los socios a la reunión y cortan mi rollo. Evite mirar a Natalia en toda la reunión, porque me ponía nerviosa. La reunión fue un éxito logramos convencer a los mismos a que se unan apostando a nuestra empresa. Una vez que se retiran los inversores, quedamos a solas con Natalia.

-Estuviste genial jefa! Se nota que has nacido para esto –Soltó Natalia con entusiasmo.
-Gracias. –Dije contenta- Pero también hiciste un gran trabajo al contar con detalles ciertas cosas nuevas que he incorporado. No lo podría haber hecho sin ti… -Dije sonriendo, porque es verdad.

Y quedamos mirándonos en silencio. Esos ojillos que tiene, tan intensos y tan dulces a la vez. Y esos labios tan marcados que me sonreían… Y suena su móvil irrumpiendo…

-Disculpa debo… -Dice algo nerviosa al ver la pantalla del móvil. ¿Quién será?
-Sí, claro.
-Hola Andrea… -Dice mientras se incorporaba, dándome la espalda.
¿Andrea? ¿Qué quiere ahora? Qué bien le quedan esos pantalones pitillos, marcan tan bien sus piernas torneadas.
-Sí, claro. Necesito hablar contigo en privado. –Dijo sin más y abrí mis ojos como platos.

¿Acaso de que quiere hablar con ella si se supone que se tomaron un tiempo? Por dios, estoy sintiendo celos. No debería de importarme.

Narra Natalia
Noto extraña a Malú conmigo, ¿será por el beso de anoche? Vamos camino al hotel y no emite palabra alguna. Si ella no lo hace, tampoco lo haré yo.

-Escucha… Debo disculparme por lo de hoy… -Dijo rompiendo el silencio.
-¿Sobre qué Malú? –Dije haciéndome la tonta.
-Cuando desperté estaba… -Dice balbuceando y sonrío-
-Tranquila, no te preocupes… Sé que no era tu intención.
-Vale… Qué bueno que lo entendieras.

Luego otra vez volvió el silencio incómodo. Esta seria nuestra última noche, mañana en la mañana volveríamos a Madrid. Salgo de la ducha e ingresa ella.
Esta extraña, apenas me habla y sin mirarme. Hizo un par de llamadas y eso fue todo.
La espero y sale con un vestido corto, suelto, blanco. Su melena al viento y con un rico perfume que me inundó de recuerdos del pasado, de nuestro pasado.

-¿Oye te pasa algo? –Dije sin titubeos.

Me mira sorprendida.

-¿A mí? Nada. –Dijo levantando sus hombros y mirándose en el espejo mientras se acomodaba el pelo.
-Algo te pasa. Desde hoy que estas extraña, apenas me miras o me hablas. Anoche estabas diferente… -Me acerco y se aleja sin mirarme.
-No me sucede nada, estoy bien. –Cogí su brazo e hice que me mirara.
-Nunca has sido buena mintiendo Malú… Algo te sucede y quiero saber

Resopló y se tapó la cara con sus manos. Y automáticamente recordé lo que soñé en la noche. Soñé con ella y que manera de soñarla…

-Soñé contigo ¿vale? –Dijo ruborizada- ¿Contenta? Ahora lo sabes. –Dijo dándome la espalda.
-Yo… Ahora que lo recuerdo también… -Dije y ella se dio la vuelta, mirándome sorprendida.- ¿Piensas volver con Andrea? –Soltó sin más.
-¿Qué? No lo sé… Creo que en estos momentos no quiero  pensar en ella…
-Entonces ¿qué es lo que tanto tienes que hablar con ella? –Dijo con sus brazos como jarra.
-¿Me parece o estas celosa? –Sonreí y se picó.
-No para nada… -Dice distanciándose- Solo que si no estás con ella, para que querrías hablar… -Balbucea y me hace gracia- Es sentido común nomas…

Esta nerviosa y habla mucho, esquiva mí mirada todo el tiempo, y recordar todo lo que soñé con ella aviva todos mis sentidos…

-¿Qué te pasa? ¿Por qué me miras así? –Dijo con sus cejas levantadas-

Seguí mis impulsos y la besé, con ansias, con deseos, con ganas. Me correspondió con fervor, cogió mi cara con sus manos y sutilmente su mano derecha se entrelazo con mi pelo, posándose en mi nuca. Nuestros cuerpos se aproximaron y ella de a poco me iba llevando a tras pies en dirección a la cama. Mis manos se afirmaron en su cintura y me dejo dirigir.

Narra Malú
Me buscó tanto que me encontró. Y lo que me gustó que me buscara. No me aguanto las ganas de hacerla mía. Sus manos se posan en mi cintura e intenta levantar mi vestido, pero no la dejo, la empujo y cae sobre la cama. Me recuesto sobre ella que me mira con lujuria. Y mientras la beso, desprendo el botón de su pantalón y bajo la cremallera… Se incorpora a penas y noto como sus manos se colaron sutilmente bajo mi vestido, acariciando mis pechos. Me besa el cuello y pierdo el control, me dejo querer por la única mujer que he amado con locura y que sigo amando aunque me lo niegue. 



Se separa unos segundos de mi cuello y se quita la blusa, sonríe y me contagia, de un rápido movimiento desliza los breteles de mi vestido mientras deja besos por mis hombros, lo disfruto. La parte superior de mi vestido queda en mi cintura y nuestros pechos se reconocen, mientras nuestros besos se intensifican más y más.




Narra Natalia
Mis besos extrañaban sus besos, su piel, su perfume, su todo. La amo más que antes, no puedo negármelo más. Nuestras bocas son imanes y sin tapujos deslizo mi mano dentro de su braga para hacerla mía, porque nuestros cuerpos lo demandan.

Y así pasamos nuestra última noche en Sevilla, desnudas enredadas en las sabanas, amándonos una y otra vez hasta el cansancio…


Continuara...

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Mil gracias por pasar a leer ficción!!! Y perdón por demorar tanto en subir!!! :)

sábado, 22 de julio de 2017

Capitulo 3: "Creo que será mejor tomarnos un tiempo…"

Narra Natalia:
Los días transcurrieron bien. Malú casi no iba a verme en los ensayos y eso me parecía extraño ya que se interesa por saberlo todo, pero no es algo que me haya quitado el sueño a decir verdad. Decidí aceptar el trabajo por mi chica, ya que pensó que quedarme aquí ayudaría. Con Andrea teníamos poco tiempo juntas, nuestros horarios eran de no coincidir. Yo trabajaba y ella lo tenía libre y viceversa. Hasta hoy, que al fin cambió todo, y cuando os digo todo, me refiero a eso mismo. El punto es que todo iba bien…o eso al menos creía…

En la empresa MLS Records…



-Esta noche iremos a cenar a un lugar muy bonito y acogedor mi amor –Suelta Andrea, irrumpiendo en mi oficina-
-Vale cariño –Respondí sonriendo- Contigo a donde sea, lo sabes –Dije levantándome de mi escritorio y dirigiéndome a mi chica-

Me toma de la cintura y poso mis manos en su rostro y la beso.

-Amor aquí no debemos… -Dice y la vuelvo a besar-
-¿Quién lo dice? –Digo desafiante sonriendo-

Ella sonríe y con más confianza me arrincona contra el escritorio. Debo admitir que me excitaba pensar que estábamos en una habitación, solas y afuera había miles de personas trabajando alrededor de nuestra oficina.

Narra Malú:
Anoche lo pasé fatal. Enciendo el tercer cigarrillo de la mañana y miro por la ventana. Y comienzo a recordar lo que sucedió anoche.

Verónica y yo salimos a beber unos tragos, hacia días que no nos veíamos. Ella era mi amiga y algo más en ocasiones… Y llegamos a casa entre risas.

-Oye te veo muy tensa últimamente, ¿hace cuánto que no te reías así, ah? –Dice observando mientras me quitaba los tacones-
-Uff bastante, mucho trabajo últimamente… -Digo mientras tomo asiento en el sofá-
-Venga te haré unos masajes –Dijo poniéndose detrás de mí- Te he echado de menos estos días que no te vi…

Soltó mientras me masajeaba la espalda, vaya que lo necesitaba. Yo solo sonreía con los ojos cerrados, necesitaba esto, ni tiempo de ir a un spa tuve estos días. Pero mantenerme ocupada ayudó a no tener en cuenta las acciones de Natalia.

-También yo, ¿eh? –Dije y ella se detuvo- ¿Qué sucede? ¿Porque te detienes? –Protesté-
-No sabes mentir… -Dijo sentándose bien a mi lado- Sea lo que sea que te suceda es algo que te está reprimiendo por dentro, y prefieres evadirlo con trabajo y así te va…
-Que va… Realmente esta semana hubo mucho trabajo y… -Me interrumpe besándome apasionadamente-

Le correspondo, acaricio su cuello mientras nuestros besos se intensifican, baja sus besos a mi cuello y me dejo llevar, hasta que cojo su cara para besarla otra vez y me detengo… intenta besarme y le hago la cobra.

-¿Qué sucede? –Pregunta extrañada ante mi reacción-
-Nada solo que no puedo… -Dije apenada- Estoy…

Pensaba que mentir pero no se me venía nada en mente…

-¿Con tu regla? –Soltó curiosa ante mi mudez-
-Sí. –Mentí- Estoy mala, la verdad –Dije tocándome el cabello-
-¿Pero no te venía a fin de mes?
-Pues sí, pero se adelantó… ¿Oye quieres un poco de vino? –Dije cambiando el tema-

Lo cierto fue que cuando la miré anoche no la vi a ella, a Vero, sino que vi a Natalia, mi ex. El sonido de mi móvil me vuelve a la realidad. Lo ignoro, pero no dejo de pensar en Natalia. No puede ser esto. La supere, ¿porque otra vez está atormentando mi mente? Con la excusa de preguntar cómo van los ensayos me dirijo a su oficina y antes de abrir la puerta, escucho algo detrás de la puerta.

-¿No era que no debíamos hacer ciertas cosas cariño? –Dice Natalia-
-Ya… ¿Me vas a decir que no quieres? –Es la voz de Andrea-

Madre mía, ¿cómo pueden en la oficina estar así? No puedo quedarme con la duda, miro por el cerrojo y veo que solo están besándose. Mi imaginación había volado más de lo que debía. Decido golpear la puerta y abrirla sin más. Se separan rápidamente y se hacen las distraídas.

-Malú, iba a llevarte unas carpetas que recién llegaron para ti –Dice Andrea simulando-

Como para no ver semejante chupetón que adornaba su cuello. Natalia estaba más roja que una tapa de coca cola.

-Qué bueno que ya llegaron –Dije sonriente- Pues me las dejas en la oficina cariño, ahora déjame a solas con Natalia que debo hablar con ella.

Andrea se retira, cierra la puerta y Natalia se digna a formular palabra.

-Si vienes por los ensayos, ya fueron realizados –Dijo con seguridad-
-Pues sí, por eso venia. ¿Porque más? –Pregunté a lo guasa directamente mirándola a los ojos-

Narra Natalia:
¿Qué le pasa? ¿Encima que prácticamente me arrebató a mi novia para tenerla esclavizada con su trabajo, irrumpe en mi oficina y además se porta borde?

-Mira si has tenido un mal día, no te la agarres conmigo, ¿vale? –Lo solté sin más-

Me mira apenada, lo noto.

-Vale disculpa… Entonces genial que eso haya resultado. Te traía una carpeta donde hay cosas que te pueden interesar.

Se acerca al escritorio, y se le cae el bolígrafo y las dos vamos a levantarlo y es inevitable que crucemos miradas, y que su mano y la mía entren en contacto.

-Lo siento… -Decimos las dos al unísono y reímos de nervios-

Nos incorporamos y tomamos asiento en el sofá de la oficina. Y empezó a hablarme del contenido de esa carpeta pero no me importaba. Hablaba y me miraba poco, pero hace un momento sus ojos estaban muy fijos en los míos como gritándome algo más, pude sentirlo. Escribía unas cosas mientras me hablaba.

-¿Me has entendido? –Repreguntó y asentí con la cabeza mintiendo- Vale hoy me vas a acompañar a una reunión que debemos hacer  en Sevilla con unos inversores…
-¿En Sevilla? ¿Pero hoy, a qué hora? –Dije con mis ojos como platos-
-Mira surgió de repente, yo iba a ir con Andrea, pero a última hora llamaron a Andrea para cubrir otro sector de la discográfica en mi nombre ya que no estaré aquí por 3 días… Y los gerentes de diseño y marketing dijeron que sería mejor ir contigo así le explicas bien esta nueva incorporación de tus bailarines a la discográfica
-Vale. Bueno pues, debo preparar las maletas entonces. ¿Solo iremos tú y yo?
Sonrió y eso me inquieto.
-Sí, es un viaje de negocios Natalia, así que te dejo que debo ir a preparar la maleta también.

Y se fue. Dejó su bolígrafo sobre mi escritorio. Hablé con mi chica y me comprendió como siempre aunque…

-¿Oye cuando fue la última vez que estuvimos como pareja feliz? –Me preguntó-
-Creo que era antes de que me incorpores a tu empresa cariño mío –Solté irónicamente-
-Ya… Solo quería tenerte más cerca y conmigo, sin que te vayas a Italia
-Lo sé amor –Dije abrazándola- Daria lo que sea por volver el tiempo atrás y no haber aceptado esto… Tu jefa nos llena de trabajo, y por más que ella sea una soltera aburrida… -Me interrumpe-
-No seas así, mi jefa es un amor de persona, es muy maja conmigo y no está sola, por más que no enseñe su pareja, los rumores dicen que se lo pasa en grande –Suelta entre risas y eso no me gustó-
-¿Ah sí? ¿Y con quien se supone que esta de pareja? –Pregunté tomando asiento en la silla, mientras ella acomodaba unos papeles en el escritorio-
-Dicen que con Esteban, el jefe de marketing… En varias ocasiones los vi juntos, cenando, en otras vi cómo se retiraban juntos de la oficina, pero ellos no blanquean su relación. –Dice mirándome fijo- Natalia, creo que ya es tiempo que avancemos…
-¿Que avancemos con que cariño? –Dije algo aturdida luego de esa información-
-Que nos casemos, formemos una familia, quiero tener hijos contigo… -Suelta con ilusión y me pilla desprevenida-
-Cariño ya hablamos de esto y no es momento… -Me interrumpe-
-¿Y cuando es el momento? ¿Cuándo será el momento? –Dice y se pone de pie dirigiéndose hacia a mí- Hace un año atrás me dijiste que dentro de un año podríamos casarnos. Pasó un año.
-Sí, pero no pensé que estuviésemos metidas en esta vorágine  –Solté fastidiada-

Detesto que Andrea me ponga condiciones. Pero tenía razón, solo que hace un año atrás no pensaba que me iba a cruzar con Malú.

-¿Vorágine? –Pregunta sorprendida- Las dos estamos trabajando en la misma empresa. ¿A eso le llamas vorágine?

Tenía razón, la que estaba viviendo en una vorágine de sentimientos encontrados era yo. No, ella. Por primera vez me di cuenta, que mis sentimientos hacia Andrea estaban tambaleando. Y no quiero sentirme así.

-Mi amor, disculpa. Tienes razón, solo que… -Suspiro y ella me mira decepcionada- Comprende que me es muy difícil haber aceptado este trabajo, yo tenía todo en Italia y solo tú me faltabas allí. Vine a Madrid con un propósito y era llevarte conmigo. Y nada salió como lo esperaba… Te quiero…
-Creo que tus palabras lo han dejado claro cariño… -Dice dándome la espalda- Al decir que nada salió como lo esperabas…
-Andrea, te quiero pero entiende que no es el momento para proyectar esto. Eso no cambia el hecho de que te quiero de verdad –Dije acercándome-

Se da la vuelta y me mira con sus ojos vidriosos.

-Me quieres, pero no quieres formar una familia conmigo…
-Claro que quiero tonta –Dije intentando abrazarla pero me esquiva-
-Siempre hubo un pretexto para no dar el siguiente paso. –Dijo alejándose de mi- Salimos hace 5 años, pasamos por todo. Creo que lo que pido no es nada alocado… -La interrumpo-
-¿Y si te pido que renuncies a tu trabajo y que regresemos a Italia y formemos ahí nuestro hogar, nos casemos y tengamos hijos, tu que me dirías?

Me miró sorprendida.

-Sabes que no podría renunciar a mi trabajo… Y tampoco me iría así, sin más. Aquí tengo a mi familia y amo mi trabajo.
-Entonces es clara tu respuesta, tampoco lo aceptarías. Con la diferencia que te comprendo. Pero te recuerdo que solo vine para pasar tiempo contigo, y porque tú me lo pediste acepte trabajar aquí… -Me interrumpe-
-Pensé que…
-Dejé mi academia en Italia, lo único que tengo, para venir a por ti. Y no lo ves…
-Tienes razón… Te estoy exigiendo mucho para lo poco que te doy…
-No, no dije eso. Solo que… Creo que no estoy preparada para hijos aun…
-Vale. –Suelta mirándome- Creo que será mejor tomarnos un tiempo…
-¿Qué? ¿Un tiempo? No tiene sentido lo que dices.
-Las dos no estamos dispuestas a renunciar a ciertas cosas por la otra. Sera mejor que aclares lo que quieres. Yo tengo claro que te quiero con locura, y quiero formar una familia contigo. Pero si tu no estas dispuesta a ello…
-Ya veo…

El enojo y frustración que sentía en ese momento iban en aumento. Me sentía mal, la amo pero no soporto sus condiciones. Salvé su trabajo y me arrepiento, me metió en esta estúpida empresa donde fui a encontrar a la persona que tanto amé en el pasado y…Ahora mi presente se ve congelado por “un tiempo”.

-Bueno supongo que no me quieres en tu departamento.

Me mira y no me dice nada. Solo traga saliva, y se seca una lágrima.

-Créeme que no quiero hacer esto –Dijo acercándose- Pero es que míranos. Tú no piensas lo mismo que yo
-No hace falta añadir más Andrea. –Dije acariciando su mejilla- Ya está. Me quedaré en lo de mi amiga Pastora o en un hotel, ya veré.

Me dirigía a salir por la puerta y me detiene.

-Toma estas carpetas, las necesitaras en la reunión de Sevilla

Admiro su frialdad cuando se trata de trabajo. Cojo las carpetas, me dirijo a mi oficina, elaboro una carta de renuncia. Me dirijo a la oficina de Malú y no estaba, decido dejarle las carpetas y la nota sobre el escritorio. Me dirijo al departamento de Andrea y comienzo a hacer las maletas y a los minutos suena el timbre.
Abro la puerta y flipé.

-¿Malú que haces aquí? –Pregunto y ella se invitó a pasar sola.
-Andrea me dijo que estarías aquí. No puedes renunciar, has firmado un contrato por 3 años hace unos días, debes cumplir las normas y clausulas –La interrumpí-
-Sino habrá problemas legales lo sé. ¿Sabes qué? –Dije cerrando mi maleta en el salón-

Tengo a mi disposición al mejor bufete de abogados de toda Europa –La miré- Eso no es una preocupación para mí.
Ella entró en pánico ante mi respuesta tan al pasar.

-Entonces ¿porque armas tus maletas?
-Porque me voy y no me interesa nada –Me cogió del brazo y la miré-
-Te pido por favor vengas conmigo a Sevilla, mi empresa necesita de inversores y esta es una oportunidad única y con tu trabajo asombrarías a estas personas y ayudarías a la economía de mi empresa… -La interrumpí.
-¿Y quien piensa en mí?

Estaba dolida, enojada, decepcionada de mi misma.

-Deje todo por estar cerca de Andrea y luego apareces tu… Pidiéndome lo mismo, que salve tú trabajo… ¿Y quien me salva a mí? ¿Ah?

Ella me abrazo y me sorprendí.

-Ayúdame esta vez y te prometo que puedes volver a Italia y nunca más te pediré más nada.

Dijo sin más y se aleja unos centímetros y me mira.

-Hazlo por mí. –Dijo con su voz suave y me regaló una sonrisa.
-¿Tan mal esta la economía de tu discográfica aquí en España?
-Pff te enseñaré los papeles cuando te pase a buscar, en una hora en la oficina, y veras. –Suelta alejándose de mí- Te espero en una hora en la empresa, ¿vale? –Dice mirándome, desde la puerta.
-Ahí estaré 5 minutos antes –Respondí sonriendo.

Ella sonrió y seguido de un “Gracias” cerró la puerta.

Narra Malú:
Y así fue, ella llegó antes que yo a la empresa. Se montó en mi coche y puse el GPS marcando nuestro destino, mientras la radio nos acompañaba con música. Tenía curiosidad por preguntarle porque hacia maletas cuando llegue. Pero por lo poco que me dijo me dio la impresión de que discutió con Andrea. Le enseñé los papeles de la situación que atraviesa la empresa.

-¿Entonces es responsabilidad de Andrea esto? –Preguntó preocupada.
-En parte sí. Pero todo porque ella no decide las cosas por si sola y se deja convencer por alguien más…
-¿Por quién?
-Gloria, mi secretaria. Ella tiene grandes aspiraciones, es ambiciosa. Quiere liderar mi empresa, lo sé.
-¿Y gente así tienes a tu lado? En tu lugar la hubiese despedido.
-No puedo. Gloria estuvo desde el inicio, trabajó duro para ascender. Pero si es cierto que su ambición nubla su razón. Y eso noté cuando viajé a Argentina y dejé el mando a Andrea.
-¿Hablaste con Andrea sobre ella? ¿La previniste?
-Claro que sí, es mi amiga primero que nada. Espero que esta vez me haya escuchado y ponga más atención.
-Seguro que lo hará, ella para su trabajo es muy eficaz… -Dijo sin más.

Luego de un rato de viaje, irrumpe la canción de cadena dial.

Narra Natalia:
-Muy bien Malú... ¿Y este es el camino más corto?
-¡Basta ya!- Golpeó varias veces el volante del coche-¿Qué iba a saber yo que iba a llovernos también?
-¿Llover? Estamos en medio de una tormenta...

Me crucé de brazos y desvié mi vista hacia el paisaje. Hubo unos momentos de silencio. No eran incómodos. Pero seguía enfadada. Ella se mantenía en silencio, tarareando las canciones que iban sonando por la radio. Sonreía de vez en cuando, cuando sonaban canciones que habían salido de su discográfica. Su ego siempre fue así. Ella misma sabía que no había productora musical mejor que ella en el país.

-Bueno...-Empezó a hablar-Ya sabes lo que dice el dicho: “La lluvia en Sevilla es una maravilla”

Seguido de eso soltó una carcajada que a mí me contagió. Intenté conectar mi mirada con la suya pero sus ojos estaban resguardados por sus gafas de sol tipo aviador.
Tras varias horas decidimos parar en un hotel. La lluvia iba empeorando cada vez más y conducir así podría ser un problema.

-Señorita Sánchez.-La recepcionista en seguida la identificó.

Siempre me contó que Sevilla era uno de sus lugares favoritos del país. Y debido a su fama como productora era normal que ciertas personas la reconocieran.

-Buenas noches.-Contestó de manera agradable.- ¿Podría facilitarnos dos habitaciones? por favor.

Las dos íbamos caladas hasta los huesos. Necesitábamos con urgencia una ducha de agua caliente.
La recepcionista tecleó algo en su ordenador. Malú la miraba sonriente. Siempre tan educada...

-Lo siento, nada más que nos queda una habitación libre.

La sonrisa que antes lucía se esfumo al escuchar las palabras de la mujer.

-¿Está usted segura?-Preguntó.
-Segurísima. –Respondió la recepcionista.

La escuché bufar. Sé que no quiere pasar tiempo conmigo. Pero no hace falta que lo manifieste de esa manera.
Malú palpó los bolsillos de su pantalón hasta dar con su cartera. Con mis ojos abiertos de par en par seguí sus movimientos.

Sacó de su cartera un billete de 50€ y se lo extendió a la recepcionista.

-¿Cómo se llama?-Preguntó la madrileña.
-Susana.
-Bien, Susana, ¿qué le parece si vuelve a mirar en su ordenador? Seguro que hay dos habitaciones libres y usted no se habrá dado cuenta.-Dijo dejando el billete justo al lado de la mano derecha de Susana.
-Se está equivocando, señorita Sánchez, no le doy dos habitaciones porque no quiera, sino porque no nos quedan.-Dijo de manera seria mientras le devolvía el billete.

Puse mis ojos en blanco. ¿Qué se piensa Malú?
Me acerqué hasta ellas y apoyé mis brazos en la barra.

-Susana, si es usted tan amable, ¿podrías darnos la habitación libre?

La recepcionista me sonrío de manera educada, volvió a teclear en su ordenador y antes de marchar dijo:

-Señoritas, voy a por la llave, vuelvo en un segundo.

Cuando Susana salió de nuestro campo de visión me acerqué a Malú.

-Siempre me haces quedar en ridículo... ¿Qué haces sobornando a una simple recepcionista? ¿Qué piensas? ¡Estás loca!
-No es sobornar, es animar a que busque bien.
-¿Tú te estas escuchando?

Las dos discutíamos susurrando. Por las escaleras bajaban familias felices. Niños correteando por la entrada en busca del comedor. La hora de cenar estaba a punto de llegar y mis tripas lo notaban.

Susana llegó por fin con nuestra llave. Juntas caminábamos por las escaleras en busca del ascensor. Nuestra habitación estaba en la sexta planta y ninguna de las dos teníamos ánimos de subir andando.

Cuando abrí la puerta de nuestra habitación Malú se quedó fuera.

-¿Te vas a quedar ahí toda la noche? –Pregunté, mientras me crucé de brazos y le levanté una ceja.

Como si fuese la primera vez que compartimos cama.

-¿Qué clase de cortinas son esas? –Suelta frunciendo el ceño.

Paseaba toda su mirada chocolate por todo el cuarto. La verdad que no era un lujo. Apenas una televisión de esas antiguas y un mini bar decoraban la fría habitación. Las cortinas iban a juego con las sabanas de la cama. Malú tenía razón, eran horribles.
Tras suspirar varias veces se adentró en la habitación tirando su maleta encima de la cama. Me miró directamente a los ojos y llevó su brazo derecho tras su espalda.

-¿Qué pasa?-Dije al ver que no decía nada.
-Piedra, papel o tijera, a ver quién se ducha antes.

No podía creer lo infantil que podría ser. Siempre solucionaba los problemas con ese dichoso juego.

-1, 2, 3-Contó mientras descubría su mano tras su espalda.
Siempre se me dio mal jugar a esta clase de juegos, siempre perdía.
-Lo siento, pequeña saltamontes, pero la ducha es mía. –Soltó de manera picara.

Ella abrió su maleta y sacó unos pantalones negros, unas botas tipo militar con una camiseta gris. Todo bastante informal. Me había acostumbrado a verla arreglada que había pensado que la Malú de la cual un día me enamoré había desaparecido.

Tardó en ducharse media hora. No me sorprendió, pero me aterraba que agotará toda el agua caliente, pero no fue así, disfruté de cómo se iba calentando cada parte de mi piel.
Apoyé mis manos en la pared y dejé que el agua cayera por mi nuca. Aproveché para pensar. Lo primero que se me vino a la mente fue el primer viaje que hice con ella, con Malú. Fue a Sevilla, me llevó allí porque me dijo que una persona no era persona hasta que no viera Sevilla de noche, y la verdad que tenía razón, hay cosas hermosas y luego esta Sevilla de noche.

Por otro lado me odié por ello, debería de pensar en Andrea, discutimos, había salido a relucir la frase “debemos de tomarnos un tiempo” y parece que a mí no me afecta en nada. Debería de estar devastada, debería de pensar en cómo solucionar las cosas con ella y no pensar en mi primer viaje que hice con mi ex novia.

Un ruido hizo que me sobresaltara. Malú había llamado a la puerta.

-Mmm, Natalia, ¿estás bien?

Perdí la noción del tiempo. Cerré el agua y contesté.

-Sí, todo bien, salgo ya.-Dije lo bastante fuerte para que ella me oyera.
-Tengo hambre.-Fue lo único de dijo antes de escuchar sus pasos alejarse de la puerta del baño.

Salí de la ducha con cuidado. Cogí una toalla y la enrosqué en mi cuerpo, con otra me entretuve en secar mi pelo largo. Cuando terminé, me miré al espejo y me sonreí. Yo debía levantarme la moral. Si Andrea quería tiempo, tiempo iba a tener.

Me vestí con cuidado, en el baño no había mucho espacio de movilidad. Me puse mis pantalones vaqueros, con una camiseta negra y mis botines del mismo color. Me maquille suave, no era una cita, no era una reunión, hoy era una noche que no debía de ocurrir pero ocurrió.

Salí del baño, Malú me esperaba sentada en la cama con las piernas cruzadas. Noté como su mirada me repasaba de arriba abajo. Mis rodillas temblaron. Aclaré mi garganta llamando la atención de mi jefa.

-¿No tenías hambre?-Pregunté.



Continuará... 
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viernes, 17 de marzo de 2017

Capitulo 2: "Quiero que trabajes para mi..."


Narra Malú:

-No –Decimos al unísono con Natalia.

Decido dejar el móvil sobre mi escritorio y tomar asiento.

-Un placer conocerla señorita Ferro, por favor, tome asiento – Dije intentando ocultar mi inseguridad.
-El placer es mío, señorita Sánchez –Dijo con una frialdad superior a la mía y eso me desconcertó.

Narra Natalia:
Esto tiene que ser una broma de mal gusto. ¿Cómo puede ser esto posible?

-Las dejo a solas –Dijo Andrea y se retiró.

Ella me mira de manera frívola y mueve entre sus dedos el bolígrafo.
Irrumpió el silencio y me contó todo de manera profesional.
Debía armar una coreografía a un grupo de bailarines, que además tenía que ponerlos yo, de mi propia academia. El precio por el trabajo era muy bueno. Acepte sin más. Fue profesional desde un comienzo, fue como si nunca antes hubiéramos hablado, ni nos hubiésemos conocido. Qué ironía de la vida, que mi novia actual tenga de jefa a quien fue mi ex, en mi adolescencia. No podía contarle esto a Andrea, más aún porque me contó que mantienen una excelente relación con Malú. Qué situación incómoda en la que me encuentro. Pero lo positivo de todo esto es que mi relación con Malú la tengo superada.


-¿Me ha comprendido señorita Ferro? –Dijo levantando sus cejas.
-Con claridad señorita Sánchez. Si me disculpa ahora mismo iré a seleccionar a mis mejores bailarines. –Dije sin más.

Narra Malú:
Si bien lo que he tenido con Natalia quedó en el pasado, debo aceptar que los años le han sentado muy bien. Lo nuestro fue superado para mí. Aunque me sorprendió mucho que mi mano derecha y gran amiga lleve de novia a mi ex… es algo raro. Contarle eso a Andrea sería fatal. Solo espero que esto haga que Andrea mejore mucho más su rendimiento.

Pasaron los días y el vídeo fue un éxito. Hicimos una reunión con gente de la discográfica y en determinado momento veo que Andrea y Natalia estaban hablando muy cómplices. Me acerco.

-Andrea te felicito una vez más por salvar a esta discográfica al convocar a una excelente coreógrafa.

Natalia me mira sin entender nada.

-Por cierto, Natalia, ven a mi oficina que debo entregarte unos papeles.

Narra Natalia:
Una vez dentro, sin mirarme, me entrega una carpeta. Era un contrato para trabajar para su discográfica por tres años.

-Era solo una participación para este video, esto es… -Me interrumpe.
-Quiero que trabajes para mi empresa. Como sabrás, mi empresa cuenta con personas eficaces y tú serías una pieza fundamental en mi equipo.
-No creo que sea buena idea… Porque yo… -Vuelve a interrumpir.
-¿Tienes que regresar a Italia? –Pregunta- No hay problema, podrás estar allí y cuando se requiera de tus habilidades te llamaremos. Tienes libertad de acción. Piénsalo, tienes hasta tres días para pensarlo.

Suspiro tranquilamente mientras que camino hacia la puerta para poder marcharme y pensar con claridad.

-Por cierto...- Dice tras mi espalda- Esta tarde me gustaría ver la coreografía que estas montando para el nuevo vídeo. A las 17:00 estaré allí.
-¿Es una orden? -Pregunto con guasa. Y la miro. Por supuesto que es una orden. Ella no pregunta, ni se preocupa por nadie. Nunca cambiará.
-Sí. A las 17:00. –Suelta escribiendo algo sin mirarme.

Salgo todo lo rápido que puedo de su despacho y voy directa a mi coche. No me despido de Andrea y ni me preocupo de despedirme del resto de mis compañeros. Cuando alcanzo mi coche subo en el. Lo primero que hago es encender la radio. Cadena Dial siempre es una buena opción para poder cantar bien fuerte y poder soltar toda la tensión acumulada en mi cuerpo.
Cuando llego a casa lo primero que hago es recogerme el pelo, tumbarme en el sofá y pedir una pizza. ¡Nada de cocinar hoy!
Con mis manos tras mi nuca, cierro los ojos e intento recordar cuando fue la última vez que baile frente a Malú.

  • ·        Años atrás…

El reflejo de los espejos me daba la imagen de una Malú observadora. Podía ver cómo me seguía con la mirada y como se movía nerviosa en su asiento.

La sala estaba vacía con una luz que apenas iluminaba. Quizás eso hacía que este momento fuera más especial.


-¿Sabes una cosa?- Dijo mientras se levantaba de su asiento- Tengo la novia más sexy que hay en este planeta.

Su comentario hizo que mis mejillas enrojecieran.
Caminó hacia mí con una sonrisa divertida. Cuando llegó a mi altura, tendió su mano y agachó un poco su cuerpo.

-Señorita, ¿me concede este baile?

Como una tonta tomé su mano.
Dejé que fuera ella la que tomara el control. Sabía que eso le gustaba, y para que mentir, a mí también.
Sus manos se colocaron en mi cintura y las mías en su cuello. Nos movíamos lentas, sin prisa. El contacto con ella siempre fue peligroso. Siempre supe lo que ella provoca en mí.




Narra Malú:
Puñeteros papeles que me llevaron casi todo el día, apenas tuve un tiempo para pasar por el gym y cumplir mi rutina, y son las 16:40 pm. Joer, no me da tiempo ir hasta a mi casa a ducharme e ir a la oficina. El gym a donde voy queda a unas manzanas de mi oficina.

Pienso dentro del coche, ¿Qué hago? ¿Voy así? ¿Sudadera, leggins, moño y zapatillas? Vamos, nunca antes había ido a mi oficina así, pero esta vez, lo hare. Porque soy una enferma de la puntualidad, y solo es para ver la coreografía de mi… de Natalia.

Pongo la radio y suena esa canción que tanto me gusta, “Heaven” de Brian Adams, esa canción me recordó a la última vez que Natalia bailo para mí. Estoy esperando en un semáforo en rojo, y trago saliva, al escuchar el estribillo de la canción. Mis dedos parecen palillos golpeando el volante, al ver que el semáforo no cambia a verde.
Miro por la ventanilla y veo cruzar su coche, iba a mi edificio. Puntual, vaya que cambio, antes no era para nada puntual.

Llego y busco donde aparcar.

-¿Esto es broma? –Digo hablando sola-¿El único espacio libre es al lado de su coche? –Siento un poco de nervios.- No seas gilipollas Malú. –Solté suspirando y bajando del coche.

Ingreso al edificio e ingreso a mi oficina, y entra a mi oficina Andrea.

-Buenas tardes Malú. Llego esto para ti –Dijo dejando un sobre en mi escritorio.
-Bueno, muchas gracias Andrea.
-Por cierto habíamos quedado en ir juntas como siempre al gym. –Dijo al pasar.
-¿Y ahora debo darte explicaciones de porque cambio mis horarios? –Dije sin pensar y rápido me di cuenta de mi tono de borde.

Ella me miro sorprendida. Nunca le había respondido de esa manera, y yo no sabía dónde meterme.

-Disculpa yo… -La interrumpí.
-Discúlpame Andrea, no quise contestarte así. Solo que hoy llevo un día fatal y sin tener porque me lo estoy cargando contigo –Dije acercándome.
-Tranquila, te entiendo. Y es verdad no tienes que darme explicaciones. –Sonrío- Por cierto ¿vas a necesitar algo más?
-No, puedes retirarte. Tomate toda la tarde. –Dije intentando remediar mi actitud de hace minutos.
-Vale. Muchas gracias y que el día mejore.

Soltó al salir de mi oficina. Y ahora llego el momento, me dirijo hacia el salón de ensayo que hay dentro del edificio, y allí estaba Natalia, estirando sus músculos y nunca se percató de mi presencia. Hasta que cerré la puerta fuerte.

-Joder, que susto –Dijo sin más y me daban ganas de reír. Ella tan sincera, como siempre.
-Disculpa, no quise… -¿Me estoy disculpando? ¿Dónde quedo la Malú fría?
-Ya… Estaba distraída.

Cogió la Apple y selecciono la canción, tome asiento a un costado. Los espejos de la sala, la música, ella explicándome de que trata el baile, y comenzando la danza… Madre mía, todo es como aquella vez, ¿Qué me está sucediendo? Vienen escenas a mi cabeza de aquella vez, la ultima vez que bailo para mí.

  • ·        Varios años atrás…

La veía bailar y me acerque, la invite a bailar. Puse mis manos en su cintura y ella sus brazos en mi cuello. Bailábamos lento, suave y sin dejar de mirarnos. Sonreíamos, solo oíamos la música de fondo, sus ojillos brillan tanto que me dejan ciega. En un momento su mirada cae en mis labios y vuelve a subirla a mis ojos.

-Cariño… Te quiero… -Solté acariciando sus labios con los míos y la bese-

Narra Natalia:
Me extraña que desde que tomó asiento, Malú no ha formulado palabra. Y lo que más me sorprendió es que viniera así vestida, deportiva.
Comencé a bailar y no puedo evitar sentir su mirada en mí. No me corto, la miro cada tanto, cuando bailo me siento la mujer más segura del mundo. Me dejo llevar por la música y me luzco delante de ella. Y al cruzar un instante su mirada con la mía, no pude evitar recordar aquella vez que bailamos juntas.

  • ·        Años atrás…

Me beso, y correspondí a ese beso tan tierno. Sonreímos a mitad del beso.

-Te quiero mucho Malú –Le dije acariciando su mejilla. Ella sonrío.

Intento decir algo pero la calle de un beso más intenso, con más deseo, sentí como sus manos acariciaban mi cintura con más presión si cabe. Mi mano tomo su nuca con suavidad e intensifique aquel momento. En un instante dejamos de besarnos y quedamos mirándonos, con la respiración sobre saltada. Baje mi dedo índice,  por su cuello, suavemente, hasta llegar al escote de su blusa y sentir su corazón galopar.

-Señorita Ferro… Si continua no me hago responsable de lo que hare. –Suelta sonriendo agitada.
-Señorita Sánchez, no se engañe, sus ojos me piden a gritos que continúe… -Dije desprendiendo el primer botón, y cerro sus ojos.

Y  recordando ese maravilloso momento, termine de bailar la coreografía.
Me incorporo y levanto la mirada y ella estaba observándome atónita. Faltaba poco para que ni respirara.

Me sonrojo, trago saliva, ¿acaso no le habrá gustado? Está mirándome como años atrás, como aquel momento mágico que vivimos. Solo me quedo en mi sitio, estoy nerviosa, mis ojos solo la miran, mi cuerpo no responde a mis órdenes.

Ella se para y camina suave hacia mi dirección, y yo no sé qué hacer. Ese brillo en sus ojos, lo reconozco. Y lo echo tanto de menos, debo admitirlo.

-Te has convertido en la mejor bailarina que nunca antes había observado. –Soltó sin más sonriendo.
-Bueno, gracias. –sonreí y seguíamos sosteniendo nuestras miradas.
-Quisiera… -Dijo mordiéndose el labio inferior y yo trague saliva.- Que mañana repitas la coreografía junto a los bailarines que supongo ya elegiste. –Suelta mirando al suelo-

Narra Malú:
Me afirmo en un taburete que estaba al lado. Qué patética escena estoy dando. Debo admitir que verla bailar lo único que hizo fue derretir el tempano de hielo en el que pensé que me había convertido. Me siento una niña tonta delante de ella. Pero ya no soy esa niña, y lo único que hizo fue demostrarme su sensualidad al bailar y dejarme KO, y vaya que lo logro.

-Sí, ya están seleccionados. –Dice acercándose y me sonroje- Disculpa, estas afirmada sobre mi toalla.
-Sí, si disculpa. –Dije apartándome- Bueno, mañana a las 21, será la práctica y la observare. –Solté mientras observaba mi móvil.
-Vale, pero no me dijiste si la coreografía te gusto, si te parece bien relacionada con la letra de la canción, ni nada. –Soltó secándose la cara.

La mire y me quedo mirando unos instantes. Su mirada es tan intensa hasta cuando no se lo propone. No podía dejar de mirarla, no sé si será porque recordé el último baile y lo que sucedió entre las dos, o porque ahora mismo estamos en un sitio similar las dos solas. Debía irme de ahí cuanto antes.

-Si me gusto. –Respondí seca, esquivando su mirada- Nos vemos mañana, a las 21, no lo olvides. Y que todos sean puntuales, por favor. –Dije saliendo del sitio-
-Entendido. Buenas noches Malú. –Contesto de manera borde.

Soltó a mis espaldas, me detuve al llegar a la puerta, volví mi mirada a ella, y estaba cogiendo su mochila y sus cosas. Y decidí salir de allí.


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Continuara...